Ludwig van Beethoven: “Tocar una nota equivocada es insignificante. Tocar sin pasión es inexcusable”
Esta frase atribuida a Beethoven habla de la entrega, del compromiso, de la responsabilidad al hacer algo y lo contrapone con la eficacia, la búsqueda de la perfección, la necesidad de no cometer errores.
No es que se anulen, que no puedan coexistir, sin embargo, es poner el alma lo que hace brillar al hacer, más que sea irreprochable desde lo técnico.
Es notar las emociones puestas al servicio del logro lo que habla de las ganas, el amor, la participación comprometida.
Caemos a veces en ocultar estas cosas por temor a sentirnos vulnerables, a que nos vean demasiado emocionales, a que comprendan que tenemos mucho en juego.
Buscamos presentar los proyectos de manera impecable, y los transformamos en reflejos fríos del esfuerzo entregado.
Trabajamos con otros marcando con fuego el error y sin señalar como valores los sentimientos, la actitud de respeto y cuidado, el estar a disposición de un hacer.
Los errores son corregibles. La pasión, si no se alimenta, se valida, se reconoce, se retrae.
Vía: apartirdeunafrase.wordpress.com