Pocas horas antes de conseguir la gesta, con un salto de 15,47 metros en el Mundial de Eugene (Estados Unidos), la venezolana publicó una serie de mensajes en Twitter para mostrar que es posible superar las adversidades hasta alcanzar incluso el olimpo deportivo.

«Justo aquí viví», enseñó Rojas con una imagen en la que aparece en el terreno baldío donde antes se encontraba su vivienda en la barriada de Pozuelos, a las afueras de la ciudad costera de Puerto La Cruz (este).

En ese pequeño «ranchito» vivía con otros siete familiares y en sus vigas colgaba las medallas que ganaba de adolescente.

«Cuando llovía, tambaleaba el techo y nos mojábamos, era uno de los momentos que me daba más miedo», recordó la atleta.

A través de su cuenta en Twitter, la venezolana se fotografió justo en Pozuelos, estado Anzoátegui, el lugar donde creció y recordó que cuando llovía el techo de su casa se tambaleaba y se mojaban.

«Aquí viví los primeros momentos de inspiración, viendo en mi televisorcito a las muchachas del sóftbol y voleibol en (los Juegos Olímpicos de) Beijing 2008 y luego a (el esgrimista Rubén) Limardo quedando campeón en Londres», relató.

«Dentro de mí había una fuerza de superación, que me impulsó a entrenar cada día», explicó. «Donde quiera que leas esto, quiero que sepas que ningún sueño es muy grande, ningún camino se hace de la noche a la mañana, sigue tus sueños, siempre confía».

Ella le envió un mensaje de superación a sus seguidores y los invitó a no rendirse.

«Donde quiera que leas esto, quiero que sepas que ningún sueño es muy grande, ningún camino se hace de la noche a la mañana, sigue tus sueños, siempre confía», señaló.

 

Con información de El Estímulo y El Pitazo