El Cacique Manaure fue el gran patriarca de la nación Caquetía. Los Caquetíos fueron la tribu más poderosa de lo que hoy en día es el occidente del país (Lara, Falcón, Yaracuy, Apure) y las islas de Aruba, Curazao y Bonaire.

Manaure fue reconocido por los mismos españoles por ser el Cacique más inteligente y sabio de todos a quienes se habían enfrentado. Manaure, sabiendo que una guerra directa contra los españoles sería la perdición, no solo para él sino para toda su tribu, usó otro tipo de maniobras más «diplomáticas» para negociar la paz, tanto con los españoles como con los alemanes. Logró casar a las mujeres más bellas de su tribu con los capitanes y gobernadores más importantes para así asegurar la existencia de la sangre caquetía.

A la llegada de los españoles a Curazao, Aruba y Bonaire, estas estaban pobladas por los caquetíos. Manaure entró en contacto con los españoles hacia 1522-1523 por medio de sus caciques vasallos, quienes contactaron a Gonzalo de Sevilla, agente del gobernador de la naciente provincia, Juan Martín de Ampíes, quien se encontraban en Aruba, en negociaciones de paz.

La población de las tres islas había sido trasladada a Santo Domingo como esclava para trabajar en las minas de cobre. En esta situación se encontraron cientos de indígenas, algunos, familiares de Manaure. Gracias a las relaciones diplomáticas entre las partes, Ampíes logró rescatar una buena cantidad de ellos, incluyendo los familiares de Manaure.

Sin embargo, tras varios años de paz gracias al pacto con Juan de Ampíes, las relaciones con los europeos se fueron deteriorando debido a los excesos del gobernador Alemán Ambrosio Alfinger, hasta que explota la guerra, en la cual muere Manaure para el año de 1549, en el Tocuyo. Se dice que de noche, se pueden escuchar los lamentos de Manaure en los médanos de Coro y las montañas de Yaracuy.

 

Vía: @venezueladeayer