Según datos del servicio climático de la Unión Europea, Copernicus, publicados el miércoles 6 de septiembre, los pasados meses de junio a agosto superaron los récords anteriores de calor por un amplio margen. En términos generales, la temperatura  marcó 16,8 grados Celsius por encima del promedio.

Julio de este año sigue siendo el mes más caluroso registrado en la historia. Asimismo, el mes pasado fue el agosto más caliente, desde que comenzaron los registros climáticos en 1940, y hace tres meses el planeta experimentó el junio de mayor temperatura, remarcó Copernicus.

«Los tres meses que acabamos de tener son los más cálidos en aproximadamente 120.000 años, es decir, en la historia de la humanidad», aseguró a AFP la subdirectora del servicio climático europeo, Samantha Burgess.

Todo se experimentó mientras transcurría el verano en el hemisferio norte, pero el fenómeno repercutió en todo el planeta. Olas de calor, sequías e incendios forestales azotaron Asia, África, Europa y América del Norte durante los últimos tres meses, con efectos dramáticos en las economías, los ecosistemas y la salud humana.

«Si tenemos en cuenta el calor adicional que tenemos en la superficie del océano, la probabilidad es que 2023 acabe siendo el año más cálido jamás registrado», señaló Burgess.

Peatones se refrescan en las fuentes en Italia

Las marcas récord mundiales de la superficie del mar desempeñaron un papel importante en el aumento de la temperatura durante todo el verano, mientras las olas de calor marinas azotaron el Atlántico Norte y el Mar Mediterráneo.

Los océanos, que representan el 70% de la superficie de la Tierra, registraron sus mayores temperaturas, 21,1 grados, un récord de calentamiento. Situación que supera la marca más alta que había sido medida en 2016, cuando el agua marina alcanzó en promedio los 20 grados, señaló la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Los científicos responsabilizan a las actividades humanas, como la quema de carbón, las exploraciones de petróleo y gas natural, como causantes de una mayor devastación del fenómeno El Niño, que es un calentamiento temporal de partes del Océano Pacífico que cambia el clima en todo el mundo.

El calor extremo, agravado por los incendios forestales y el polvo del desierto, ha tenido un impacto en la calidad del aire, la salud humana y el medio ambiente. Contrario a los compromisos establecidos por distintos gobiernos, que han prometido disminuir las actividades fósiles, las consecuencias se encaminan a empeorar.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí