De acuerdo con el historiador y periodista merideño Tulio Febres Cordero, citado en 2014 por el portal web Omar Alonso, el Libertador Simón Bolívar conoció a Nevado en junio de 1813 cuando él y sus tropas llegaron a la casa de Moconoque. Un sitio muy cercano a la villa de Mucuchíes.
Al estar ahí, el perro guardián de la casa salió a atacar a quienes para él eran unos intrusos. Los soldados, asustados, alzaron sus lanzas contra el perro, listos para defenderse. Sin embargo, Bolívar que estaba asombrado por la valentía del animal y su decisión de proteger su terreno, dirigió una orden en protección:
“¡No hagáis daño a ese animal! ¡Oh, es uno de los perros más hermosos que he conocido!”, expresó el Libertador, según el historiador Febres.
Después de esto, el dueño de la casa fue a atender el llamado de los ladridos del perro, llamándolo por el nombre Nevado. Su pelaje era negro, pero el animal tenía las orejas, el lomo y la cola, tan blancos como la nieve.
El dueño de la casa pudo percibir el cariño que el Libertador sentía por el perro, por eso le ofreció a Nevado como regalo. Maravillado por la belleza del animal, Bolívar aceptó adoptarlo. Desde entonces, el perro fue un compañero fiel para Simón. Estuvo con él en diferentes combates y campañas que emprendió por la libertad de Venezuela.
Nevado falleció el 24 de junio de 1821, en la recordada Batalla de Carabobo al salvar a Simón Bolívar de un soldado realista que tenía la intención de atacarlo por la espalda. Ese día Bolívar obtuvo una victoria, pero perdió a su gran amigo de cuatro patas.
Debido a esta fama que creó Nevado para los perros de su raza y en pro de preservar a estos ejemplares, es que cada 31 de agosto se celebra en Venezuela el Día del Mucuchíes.
Fotografía: venelogia.com
Texto: El Diario