Según cuenta la leyenda, Florentino era el mejor coplero y jinete. Una noche iba cabalgando a una fiesta y notó que un hombre vestido de negro lo seguía, al llegar a la fiesta el hombre cruzó la sala y retó a Florentino a un contrapunteo.

Comenzado el contrapunteo, se dio cuenta que ese hombre era el mismo diablo y que si era derrotado tenía que dar su alma. Como buen improvisador y lleno de fe, Florentino no se equivocó en ninguna rima manteniendo al diablo cantando por toda la noche.

Las horas pasaban y ninguno de los dos perdía, Florentino estaba realmente agotado, pero al salir el sol logró vencerlo ya que en su último verso mencionó a las Tres Divinas, San Miguel, entre otros santos. Luego de salir el sol el diablo desapareció derrotado.

Este suceso que quedó en la memoria oral de todos los pobladores y testigos dio pie para que Alberto Arvelo Torrealba creara un poema; uno de los más importantes poemas de la cultura venezolana. Fue escrita por en 1940 y publicado diez años después.

Florentino era un hombre de los que no conocían el miedo y sentían gran placer al enfrentarse al peligro, fiel conocedor de los atajos y vericuetos del llano, inigualable en cada faena, buen jinete, domador y coleador de amplio llano, amigo de las parrandas. Es quien toca el cuatro, durante el contrapunteo.

El Diablo, descrito como un indio, vestido completamente de negro con un sombrero negro conocido como pelo´e guama, y con un puñal en la cintura de jeme y medio. Es quien toca las maracas durante el duelo.

Texto: @venezolanizando

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí