En la tumba del faraón Tutankamón fueron encontradas, en 1922 en perfectas condiciones, varias vasijas con miel, a pesar de los 33 siglos transcurridos.
Arqueólogos han encontrado una y otra vez en las antiguas tumbas egipcias, vasijas de miel de hace miles de años perfectamente preservada.
La miel guardada apropiadamente dura indefinidamente y si te encuentras una vasija en una tumba en la mitad de la nada cuando ya se te acabó la energía para seguir, supuestamente podrías meter el dedo y deleitarte con esa exquisitez dorada.
La razón, entre otros muchos factores, es que la miel es un azúcar y los azúcares son higroscópicos. Eso significa que contienen muy poca agua pero pueden absorber humedad si están expuestos a ella.
Son raros los microorganismos o las bacterias que pueden sobrevivir en un ambiente así. Y para que algo se dañe, tiene que haber algo que lo dañe, pero la miel es poco «hospitalaria» con los extraños así que los mantiene lejos.
Vía: BBC Mundo