Un año antes de que Donna Summer cantara «Last Dance», tema que se convertiría en su tercer top 10, la fiesta, por decirlo de alguna manera, pasaba por su mejor momento.
Donna Summer, nacida en 1948 en Boston, alcanzaba la fama. Y puede que a Summer sea asociada con bandas como Chic, The Bee Gees, KC & The Sunshine Band y Kool & The Gang, pero —y con el perdón de Nile Rodgers— hoy el legado de Summer supera la música disco.
«Last dance» es una canción tan simple como efectiva: su letra no va más allá del deseo de disfrutar lo que queda de la noche. Y de ojalá no irse de la discoteca sin alguien. ¿Acaso eres tú el Señor Correcto?, canta Summer en un momento. Y luego susurra lo siguiente: Oh te necesito para mí/ A mi lado, para guiarme/ Abrazarme, regañarme/ Porque cuando soy mala/ Soy mala de verdad.
«Last dance» fue la primera de una serie de canciones que pasaban de un comienzo suave a un tempo bailable (otras conocidas: «MacArthur park» y «Dim all the light»). Se convirtió en el tercer top 10 de éxitos de Donna Summer y ganó el Oscar a la mejor canción, por Gracias a Dios que es viernes.