El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su rival en las elecciones de noviembre, el candidato demócrata Joe Biden, se enfrentarán este martes en su primer cara a cara, un debate televisado que promete marcar el tono de la recta final de la campaña electoral.
Será la primera ocasión en la que Trump y Biden se verán las caras desde que comenzó la campaña presidencial, y ese encuentro, sumado a la escasez de actos electorales presenciales derivada de la pandemia, ha disparado la expectación para el debate.
La ciudad de Cleveland, en el estado clave de Ohio, ha extremado las medidas de seguridad antes del primero de los tres debates entre los dos candidatos, que durará 90 minutos, sin pausas publicitarias.
Los candidatos debatirán desde sendos podios situados a una distancia superior a la habitual debido a la COVID-19, no se darán la mano -como es habitual en este tipo de debates-, y competirán ante un público limitado, de unas 80 ó 90 personas, todas ellas sometidas previamente a tests de coronavirus.
Los temas elegidos por el moderador, el periodista Chris Wallace, en seis segmentos de 15 minutos, son: el historial de Trump y Biden; el Tribunal Supremo; la pandemia de covid-19; la economía; tensiones raciales y violencia en las ciudades; la integridad del proceso electoral.
Los debates presidenciales van a marcar la agenda de todo el mes de octubre, que acabará dividido en períodos de una semana antes y después de cada uno. Son cuatro debates (tres, de los candidatos a presidente, y uno, de los candidatos a vicepresidente). Los siguientes debates se celebran el 7 de octubre (vicepresidentes), el 15 de octubre y el 22 respectivamente.
La ciudad de Cleveland, en el estado clave de Ohio, ha extremado las medidas de seguridad antes del primero de los tres debates entre los dos candidatos, que durará 90 minutos, sin pausas publicitarias.
Las encuestas son sorprendentemente constantes desde hace cinco meses y muestran a Biden alrededor de 10 puntos por delante de Trump y, aunque con menos margen, por delante también en todos los Estados clave. Pero el debate sí puede inclinar la balanza lo justo en algunos de estos, como Florida o Carolina del Norte, donde las encuestas son muy ajustadas.
Para acceder al recinto de la Universidad de Case Western Reserve donde se celebrará el debate, los miembros de las campañas, invitados y periodistas también han debido superar pruebas rápidas para descartar que puedan ser portadores del coronavirus que causa la COVID, según constató Efe.
Aunque el Servicio Secreto de EE.UU. se encargará de la seguridad en el lugar del debate, las autoridades de Cleveland han cerrado al tráfico un perímetro de varias cuadras alrededor de la universidad, y han activado a los reservistas de la Guardia Nacional de Ohio por si surgieran disturbios.
Activistas de Black Lives Matter («Las vidas negras importan») tienen programada una manifestación tres horas antes del debate para exigir «el final del reinado de terror de Trump contra la gente negra, las comunidades negras y las comunidades de color», según una convocatoria en la red social Facebook.
Pese a que la mayoría de estadounidenses ya han decidido por quién votarán en noviembre y muchos ya han enviado por correo sus papeletas, el debate puede ser significativo en los estados en los que las cosas están muy ajustadas, como Ohio, donde se celebra el encuentro.