Ante el creciente flujo de inmigrantes en las zonas fronterizas que comparten México y Estados Unidos, los gobiernos de ambas naciones establecieron nuevos acuerdos para frenar el tránsito que ha superado récords con respecto a datos de años anterior, de acuerdo con el servicio migratorio estadounidense.
Miles de personas han llegado a la frontera entre México y Estados Unidos en los últimos días y han cruzado hacia el norte, muchos de ellos después de emprender peligrosos viajes en trenes de carga conocidos como “La Bestia”.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México ha desplegado a agentes para disuadir a la gente de subir a bordo en los techos.
El INM dijo que trabajaría con Ferromex, propiedad del conglomerado Grupo México, para identificar puntos estratégicos para disuadir a los migrantes de subir a los trenes, lo que, según dijo, pone vidas en peligro.
El Gobierno mexicano se comprometió a la expulsión y retorno de inmigrantes por Ciudad Juárez, Piedras Negras, Tijuana y Tamaulipas.

La Deportación desde frontera mexicana corresponde hacia Venezuela, Nicaragua, Cuba, Brasil y Colombia. También se comprometieron las autoridades gubernamentales a aumentar operativos de control en carreteras y estaciones de trenes.
Diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) han alertado durante los últimos meses que la población inmigrante enfrenta situaciones peligrosas en su recorrido por distintos pasos fronterizos de Latinoamérica para, finalmente, llegar a Estados Unidos.
La Administración de Joe Biden anunció el 20 de septiembre la renovación y expansión de un permiso migratorio conocido como Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), que permitiría a 472.000 personas trabajar y residir legalmente en Estados Unidos.
Funcionarios del gobierno explicaron que el programa TPS se aplicará para los venezolanos que hayan residido de manera ininterrumpida en territorio estadounidense desde el 31 de julio de 2023.