La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó este domingo en el marco de la cumbre del G7 que los países ricos y las compañías farmacéuticas deben pagar los programas de vacunación contra el coronavirus en los países en desarrollo.

Georgieva, que intervino en la sesión plenaria del encuentro en Cornualles el sábado y volverá hacerlo este domingo en la última jornada de la reunión, se mostró durante un encuentro con periodistas impresionada por la seriedad con la que los líderes del G7 han abordado la cuestión de acabar con la pandemia en todo el mundo.

Los mandatarios de algunas de las democracias más desarrolladas del planeta han expresado un claro reconocimiento de que ayudar a los países en desarrollo a luchar contra el coronavirus no es solo un imperativo moral, sino un paso necesario para que la recuperación económica sea duradera.

La directora gerente del FMI destacó que la medida más urgente que debe tomarse es organizar la donación de excedentes de vacunas a los países más pobres.

En ese terreno, el G7 debate en Cornualles el objetivo de entregar 1.000 millones de dosis durante el próximo año. Estados Unidos ya se ha comprometido a donar 500 millones y el Reino Unido otros 100 millones.

Al mismo tiempo, recalcó Georgieva, es imprescindible comenzar a trabajar para «expandir la capacidad de producción» de vacunas en los países en desarrollo.

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