El viceministro para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), Juan Arias, explicó que “el objetivo fundamental de éstas es fortalecer el aparato productivo nacional(…) fortalecerlo y expandirlo”, y que “no es sólo generar divisas; sino vigorizar las cadenas productivas”.
El viceministerio de ZEE para dinamizar las que ya existían en el país, al respectó precisó que hay seis civiles y dos militares.
Destacó “Las militares se crearon el año pasado y las civiles son: dos en Lara, una en Palavecino y otra en Iribarren; una en Cojedes, una en San Carlos-Tinaquillo; una en San Antonio-Ureña, en Táchira, fronteriza; otra en Paraguaná (Falcón) y la sexta en el eje Guarenas-Guatire del estado Miranda”.
A su parecer una de las actuales ZEE que mejor funciona es una de las larenses, la de Palavecino “porque hicieron un ramal de tren. Ya eso tiene más de tres años y en los dos primeros era sólo un terraplén donde no había nada y sabiamente decretaron allí un puerto seco (bautizado Terminal Intermodal del Puerto Seco Jacinto Lara)”.
Explicó el funcionario que el tramo ferroviario contribuyó con el transporte y, por ende, repercutió positivamente en el desarrollo de la zona, especialmente frente a las dificultades que enfrenta el país para suplir repuestos e insumos para los camiones y más recientemente combustible.
Arias mencionó que las empresas que se instalen allí tendrán un perfil exportador, por lo cual tendrán un buen nivel de rendimiento, beneficios y utilidades que beneficiará a los trabajadores.
También mencionó que en estas zonas se pueden crear incentivos para las empresas que cumplan con las leyes que profundicen en el bienestar de los trabajadores y el ambiente.
Recordó, además, que en el primer Plan de la Patria se contemplaban tres zonas, la de Falcón y la de Táchira, además de una que no se ha decretado aún en el eje Morón Puerto Cabello, del estado Carabobo, y en el caso de esas tres estaban planeadas: “el Ministerio de Planificación las tenía en el radar y las metió en el plan de Desarrollo”.
Aseguró que “esta Ley es una gran oportunidad para impulsar el desarrollo del país”, y debe llegar a ser “una súper ley” porque a través de ella se podría “impulsar de verdad que las empresas fomenten el desarrollo tecnológico, promueva la formación constante de los trabajadores” a través del incentivo tributario y arancelario, premiando la capacitación, inventiva e investigación científica y tecnológica.