Según diversas investigaciones, solo el 10 % de las personas mantiene sus propósitos durante más de varios meses. No obstante, cuando se trata de malos hábitos es muy fácil recaer. Los propósitos de Año Nuevo suelen plantear un cambio en el estilo de vida, lo que también implica modificar un comportamiento que se ha vuelto habitual.

Así, el principal motivo por el que las personas no consiguen mantener sus propósitos es que no son demasiado realistas. También podrían padecer el denominado ‘síndrome de la falsa esperanza’, que se caracteriza porque la persona tiene unas expectativas poco realistas sobre la velocidad, la facilidad y las consecuencias de modificar un comportamiento.

Cómo mantener y cumplir los propósitos

Es imprescindible que seas realista y que comiences con propósitos que puedas cumplir. Por ejemplo, si quieres dejar de consumir alcohol, no puedes volverte abstemio de un día para otro. Trata de dejar el alcohol de forma gradual reduciendo su consumo. Además, ponte objetivos a corto plazo y a largo plazo para que te resulte más gratificante. Esto también puede aplicarse a comer de forma saludable o hacer ejercicio.

También podría ayudarte no empezar demasiados objetivos a la vez. Es mejor que comiences con un solo propósito y que hagas todo lo posible por cumplirlo, ya que de lo contrario podrías estresarte y abandonarlos todos. Así, una vez que tengas un objetivo bajo control podrás comenzar con un segundo propósito de año nuevo. Y de paso estarás motivado porque has alcanzado una de tus metas.

Es imprescindible que no te limites y que aceptes los momentos de debilidad como parte del proceso. Cambiar un mal hábito no tiene por qué limitarse al comienzo del Año Nuevo. Además, las recaídas son inevitables cuando se trata de malos hábitos. Lo importante es que aprendamos de los errores y que modifiquemos nuestro estilo de vida de forma gradual.

Vía: Muy Interesante

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