Para esas personas que necesitan el asomo de al menos un ápice de luz por medio de una fisura para ver todas las perspectivas de un problema y salir adelante, se creó ‘El banco de la amistad’.

El concepto es tan sencillo como original y efectivo: en el banco de un parque hay ‘gogos’ (abuelas) dispuestas a escuchar el problema de quien quiera acudir en busca de su ayuda. Están ahí para oír. Para aconsejar. Para redireccionar. Para entender. Para comprender.

El banco de la amistad se puso a prueba en 2005. Fue planteada por Dixon Chibanda, un psiquiatra de Zimbabue, epicentro de la iniciativa. Según ‘EFE’, en ese entonces la idea se planteó con el fin de ayudar a las personas que habían sufrido algún trastorno tras la polémica campaña del presidente Robert Mugabe, quien incentivó la ‘limpieza’ de zonas informales, lo cual dejó a casi un millón de personas sin un hogar.

La efectividad del experimento con las abuelas tuvo tal éxito que, en la actualidad, dieciséis años después, sigue vigente y más aún tras las probables secuelas psicológicas de las medidas restrictivas durante estos tiempos de pandemia.

Vale decir que, en estos años de funcionamiento, el banco tuvo mucha acogida e incluso hay más de 700 abuelas disponibles a lo largo de Zimbabue.

Los medios locales han recogido un sinnúmero de testimonios de quienes acuden hasta las ‘gogos’ con el fin de ser escuchados. Hay personas que incluso viajan kilómetros con el fin de llegar hasta las zonas principales de ese país y conversar con una abuela en específico.

Vía: El Tiempo

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