Durante décadas, la chicha venezolana ha sido una bebida que muchos aman, algunos la consumen para matar un antojo y otros la venden para generar ingresos. Tal es el caso de Cliseth Betancourt y su esposo, quienes desde hace tres años incursionaron en el mundo de la chicha y ahora viven de ello.
Una receta que se convirtió en un secreto familiar, resultó ser el producto ideal para emprender un nuevo modelo de negocio en el área de la gastronomía en la capital larense. Así se creó Chicha El Guaro, tal lo mencionó Cliseth Betancourt. Quien junto a su esposo y las ganas de surgir, ahora endulzan a todo Barquisimeto.
Cabe destacar que, estas personas empezaron de manera informal, pero ahora cuentan con dos sucursales y más de 20 ciclistas que se mueven de extremo a extremo en la capital larense, para llevar a cada rincón la chicha.
El ciudadano William Giménez, quien tiene pocos días trabajando como chichero expresó que, tomó el trabajo para evitar irse del país. “Salgo a pedalear desde la mañana hasta la tarde, a veces incluso hasta la noche, todo depende de que tan rápido venda el tobo de chicha completo. Con esto al menos puedo comer” precisó el joven que recorre diariamente la zona oeste de la ciudad.
Vía: www.todosahora.com (Lea allí el artículo completo).