En un encuentro histórico, el Equipo Arquidiocesano de Animación Pastoral presentó el Plan Integral Arquidiocesano a Su Excelencia, Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico en Venezuela, y a Monseñor Polito Rodríguez Méndez, Arzobispo de Barquisimeto. Este acontecimiento marca el inicio de un nuevo rumbo de evangelización, comunión y caridad, impulsado por la sinodalidad y el firme propósito de “remar mar adentro” en la fe.
Monseñor Polito Rodríguez Méndez, con su visión pastoral y un corazón ardiente por la misión, presentó al Consejo de Animación Pastoral, un pilar fundamental en la implementación de este Plan Integral Arquidiocesano para una Iglesia Sinodal en Salida. La emoción y el compromiso fueron palpables en cada intervención, reflejando el espíritu de una comunidad que se une para responder a los desafíos y anhelos de sus fieles.

El Padre Wlmer Rojas, Vicario de Pastoral, en su intervención, destacó la ampliación de la vicaría, integrando laicos, diáconos permanentes y religiosos, una muestra clara del deseo de una Iglesia que camina junta. “Hemos realizado asambleas parroquiales donde la escucha ha sido el corazón de nuestro trabajo”, afirmó el Padre Rojas, explicando que el Plan se gestó a partir de las necesidades y aspiraciones de los feligreses, abarcando las dimensiones esenciales de anuncio, comunión, liturgia y caridad. La incansable labor de Monseñor Polito, quien ha recorrido cada parroquia animando y explicando el Plan Pastoral, fue reconocida como un motor fundamental en este proceso. Se resaltó la importancia de un itinerario catequético para una formación sólida y un encuentro personal con Jesús.
Por su parte, Mariangel Herrera, miembro del equipo, compartió la celeridad y profundidad del trabajo realizado. “En pocos meses, hemos analizado una vasta muestra de más del 70%, elaborando una matriz FODA con la contribución de todo el equipo. Queremos llegar a las periferias, ser una Iglesia que acompaña”, enfatizó. La visión de un plan dinámico, donde “muchos hagan poco” en comunión, en lugar de que “pocos hagan mucho”, resuena como un llamado a la participación activa de cada bautizado. “Todas las ideas han surgido de la escucha, no es un proyecto de oficina, sino el fruto del trabajo conjunto”, añadió.
El Padre Jesús Alejos, con entusiasmo, subrayó el deseo de una Iglesia Sinodal en Salida, que se acompaña mutuamente, en sintonía con lo que pide la Iglesia universal. La propuesta de fortalecer las pequeñas comunidades de base busca concretar la comunión y el crecimiento en la fe, llevando el Evangelio a cada rincón de la Arquidiócesis.
El Padre Reinaldo Garrido, por su parte, resaltó la importancia del tema vocacional y la pastoral de multitudes, invitando a “remar mar adentro en la misma dirección, con una comunión sinodal”.
La intervención de Monseñor Polito Rodríguez, destacando la incorporación de nuevos sacerdotes como vicarios de pastoral, es un signo de renovación y vitalidad. En este sentido, el Padre Juan Bautista Briceño recordó los movimientos de fe que han marcado la historia de la Arquidiócesis y la necesidad imperante de integrar todas las fuerzas parroquiales para la evangelización. “Tenemos una gran riqueza de movimientos y carismas; necesitamos la unión para la evangelización”, afirmó.

La importancia de las comunidades de base las resaltó el Padre Israel Garcia, reafirmando esta idea, y animó a “caminar juntos” y a “foguear las parroquias” a través de las Pequeñas Comunidades Cristianas, vislumbrando una gran renovación para toda la Arquidiócesis.
Por su parte, el Diácono Jorge Peñaloza compartió su experiencia en la elaboración del plan, destacando la importancia de vincular las cuatro dimensiones con la espiritualidad. La Hermana Rosa Sofía Toledo, con una imagen conmovedora, expresó que “Monseñor nos puso a trabajar algo nuevo, que responde a necesidades concretas”, y que el objetivo final es un encuentro personal con Jesús. “Se trata de hacer comunión entre todos”, afirmó, mencionando la iniciativa de un Instituto de Teología Pastoral, como fruto de un “movimiento del Espíritu”.
El Padre Oswaldo Méndez, Vicario General de la Arquidiócesis, hizo un llamado inspirador a “salir de la zona de confort y ser discípulos misioneros”, dando “el ciento por uno”.
La novedad del Plan de Pastoral radica en su invitación a todos, especialmente a los pastores, a remar juntos. La integración del plan en el ámbito educativo fue resaltada como un signo significativo, ya que existe una “comunidad ansiosa de aprender y conocer”. La asamblea del clero, que apoyó la elaboración del plan, es un testimonio de la comunión sacerdotal, preámbulo de un futuro Sínodo Arquidiocesano. Monseñor Polito enfatizó la formación continua a través del itinerario catequético, que culminará en el cielo, y el fortalecimiento de las pastorales mediante un retiro kerigmático y el Instituto de Teología.

El Nuncio Apostólico, Monseñor Alberto Ortega Martín, conmovido por la profunda labor realizada, ofreció palabras de aliento y sabiduría. Resaltó que la sinodalidad es “constitutiva de la identidad” de la Iglesia y un “trabajo que ha dado mucho fruto”. Elogió el método de escucha, “partiendo de Dios y de la Iglesia de los Santos”, y la importancia de la comunión entre los miembros del equipo como el “primer gran testigo” de la verdad. Recordó las “cuatro cercanías” del Papa Francisco: con Dios, con los hermanos, con el obispo y con el pueblo, instando a los sacerdotes a vivir esta comunión como parte de su identidad. Tambien reconoció el gran desafío de integrar los diversos carismas y comunidades, pero también su “gran poder”.
El Nuncio enfatizó que el Plan no es un “producto final”, sino un camino que debe vivirse y acompañarse. “Si se queda en el plan… no sirve a nadie”, dijo, recordando la necesidad de que el Plan sea una “semilla” que dé fruto en la vida de la gente. Subrayó la importancia de las pequeñas comunidades, donde se “soporta el peso” de la fe.

Este encuentro finalizó con las palabras de Monseñor Polito Rodríguez Méndez, quien agradeció el trabajo y la comunión, invitando a la próxima Eucaristía en la Catedral Metropolitana, para este 16 de julio, a las 6 de la tarde, un encuentro con Dios en vísperas de la Patrona de Barquisimeto, la Virgen del Carmen.
Este encuentro ha sido un reconocimiento y un llamado a la esperanza, marcando el inicio de un camino de profunda renovación. La Arquidiócesis de Barquisimeto se embarca en una aventura de fe, comprometida con la sinodalidad y la misión, confiando en que el Espíritu Santo guiará cada paso hacia una Iglesia que brille con la luz de Cristo en cada corazón y en cada rincón de nuestra amada tierra.