El movimiento de magma bajo la corteza terrestre provocó grietas en carreteras y edificios de Grindavik, una pequeña ciudad islandesa de 4.000 habitantes. Las autoridades prevén una posible erupción volcánica.
Los habitantes de Grindavik, en Islandia, pudieron volver unos minutos a sus casas este lunes para recuperar sus pertenencias y constatar los daños provocados por la intensa actividad sísmica que podría ser preludio de una erupción volcánica.
El movimiento de magma bajo la corteza terrestre provocó grietas en carreteras y edificios de esta ciudad de 4.000 habitantes, situada a 40 km al suroeste de Reikiavik y evacuada el sábado, observó un periodista de AFP.
El desplazamiento del magma causó cientos de sismos en los últimos días, lo que podría ser una señal de una futura erupción volcánica.
En Islandia hay 33 sistemas volcánicos activos. El gobierno declaró el estado de emergencia y ordenó la evacuación obligatoria de Grindavik el sábado por la mañana y se habilitaron refugios de emergencia y centros de ayuda en varias localidades vecinas.