El portal Baptist Health afirmó que, en algún momento, todas las personas tienen hipo. Esto se presenta cuando el diafragma, que es un músculo que separa el abdomen del tórax y que ayuda a la respiración, presenta espasmos involuntariamente.
Dichos espasmos ocurren cuando una persona inhala de repente y sus cuerdas vocales se cierran, lo cual causa el sonido distintivo del «hipo».
Entre las causas más comunes están comer demasiado o muy rápido, tomar bebidas carbonatadas, el estrés y la ansiedad. En casos excepcionales algunos medicamentos y daños en el nervio frénico que regula la contracción del diafragma pueden inducir hipo.
¿Tiene cura?
Aunque hay muchas recomendaciones populares para enfrentar esta molestia, se sabe que aguantar la respiración es la manera más conocida para combatir el hipo. Para eso hay que tomar una bocanada de aire y aguantarla por 10 o 20 segundos, luego expulsarla lentamente y repetir esto varias veces.
De igual forma, se recomienda respirar lentamente por varios minutos y si el hipo persiste por horas, ya sea continuo o esporádico, hay que buscar atención médica. Normalmente, el hipo es inofensivo y puede durar desde varios segundos a varios minutos.
El hipo persistente necesita tratamiento, sobre todo cuando la causa no puede corregirse fácilmente. Se han utilizado para ello diversos fármacos con variable éxito, entre los que destacan la clorpromazina, el baclofeno, la metoclopramida y la gabapentina, pero no son los únicos.
Si los medicamentos no funcionan, puede bloquearse uno de los nervios frénicos, que controlan las contracciones del diafragma. Los médicos bloquean el nervio inyectándole pequeñas cantidades de un anestésico local llamado procaína.
Si el bloqueo del nervio frénico funciona, pero el hipo vuelve, puede cortarse quirúrgicamente el nervio (frenicotomía), pero incluso este procedimiento puede que no cure todos los casos.
Vía: El Nacional