Jugar bolas criollas es muy popular en Venezuela. Se le asocia con encuentros familiares, gremiales y de amigos, con tardes de domingo y días festivos en clubes y centros de recreación.

El juego, que ya ha sido elevado al rango de deporte, guarda cierto parentesco con otras disciplinas europeas como de bocce y la petanca, así como el de las bochas.

Las bolas criollas se juegan de manera similar en otros países caribeños como Cuba y Colombia.

Cuentan los historiadores que este juego se originó en tiempos remotos, cuando el hombre por distracción lo jugaba utilizando piedras en lugar de bolas.

Más tarde, en la Antigua Grecia y el resto de Europa, se sustituyen las piedras por bolas de madera y le llamaron “Bochas”.

En otros países del Caribe como Cuba y Colombia se practica de manera similar.

Los primeros informes precisos acerca de su llegada a Suramérica se refieren a un fraile español, quien aparentemente lo trajo a Venezuela durante la época de la colonización, entre, 1498 y 1510.

Otra historia asegura que el Padre Sojo, tío abuelo del Libertador Simón Bolívar llegó con este juego al país suramericano,  como distracción para los amigos y familiares que visitaban las haciendas que poseían en las localidades caraqueñas de Chacao y La Floresta.

Más allá de su origen, la popularidad del juego cobró fuerza en la década del treinta, y actualmente se ha propagado a varias islas del Caribe como Aruba, Curazao y Bonaire, en donde se practica por igual en todas las clases sociales.

A partir de 1946 en Venezuela se le dio al deporte una dimensión de alcance nacional, con ocasión de los Primeros Juegos Deportivos Nacionales. En 1956 se fundó la Federación Venezolana de Bolas Criollas, lográndose su organización formal como deporte.

Desde entonces ha formado parte de todos los Juegos Deportivos Nacionales. De igual forma se han organizado los Campeonatos Nacionales de Bolas Criollas.

 

Vía: elciudadano.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí