Un niño murió luego que la guardia costera de Trinidad y Tobago disparara contra una lancha con migrantes que buscaba arribar a la isla procedente de Tucupita, estado Delta Amacuro.


Aún no hay confirmación ni desmentido oficial en torno a esta información por parte del gobierno venezolano.

La Guardia Costera de Trinidad explicó en un comunicado que dispararon al motor de la embarcación en un intento de detenerla y «en defensa propia» alegando que los migrantes habían intentado «embestirlos».

El hecho se registró a la medianoche del sábado cuando agentes trinitarios a bordo de la embarcación militar ‘TTS SCARBOROUGH’ detectaron un barco que cruzó la frontera entre Trinidad y Tobago y Venezuela.

Cuando finalmente se detuvo «se descubrió que había inmigrantes ilegales a bordo que habían permanecido ocultos y, por lo tanto, no habían sido vistos antes. Se descubrió una migrante ilegal adulta que sostenía a un bebé y que indicó que estaba sangrando», añadió el texto de la Guardia Costera.

La mujer fue estabilizada y trasladada a un centro de salud local, pero «lamentablemente, se encontró que el bebé no respondía».

Según las autoridades, la embarcación procedente de Venezuela se negó a detenerse por lo que emplearon «disparos de advertencia» en «defensa propia», pues alegan que temieron por las vidas de la tripulación ante la «embestida» que dicen haber sufrido por parte del barco donde se trasladaban los migrantes.

Naciones Unidas estima que más de cinco millones de venezolanos han emigrado desde 2015 forzados por la aguda crisis en su país y que unos 25.000 viven en Trinidad y Tobago. Este país caribeño de 1,3 millones de habitantes sostiene que tiene registrados a 16.000.

Trinidad y Tobago ha endurecido su política de deportaciones para prevenir la entrada ilegal de personas, al señalar que sus habitantes se encuentran bajo «asalto» de inmigrantes ilegales que «usan niños inocentes» para sus fines.

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