Las historias de Ceretones son comunes en los pueblos de la Sierra de Falcón y Lara. Dicen que son duendes enamoradizos y también se les conoce como duendes “sobadores” o Cachuchón, porque llevan un amplio sombrero.
Estas criaturas persiguen a las muchachas bonitas, les declaran su amor e incluso, las secuestran y se las llevan a las montañas.
Muchas veces ella lo puede ver en sueños o en determinados momentos, pero él lo que busca es hacerse sentir y reducirla por el temor. Por esta razón comienzan a ocurrir extraños fenómenos en su casa. Los techos son víctimas de un fuego misterioso, pero no se queman.
Entre las ocho de la noche y las cinco de la madrugada, tumban cosas y tiran piedras en el tejado. Generalmente las piedras con las que el Ceretón ataca las casas de sus víctimas, llegan y desaparecen misteriosamente.
Algunos aseguran que las tradiciones y creencias referentes a ellos, son un legado de Los Welser, conquistadores alemanes que dominaron la región en el siglo XVI.
La tradición oral relata que se trata de una persona que hace pacto con el maligno, y logra hacerse invisible después de un proceso de iniciación. En la Sierra aseguran que protegen a los pobladores de los terremotos.
Hay falconianos que dicen conocer como ceretonizar a una persona, volviéndola invisible. Así, el enamorado rechazado puede convertirse en Ceretón, y hacerse invisible para acercarse a su amada.
El pacto se consagra con la prueba del espejo, al desaparecer su imagen, el Ceretón se despoja de la ropa, la coloca en un montón, y se va a la conquista de la mujer que le gusta. En algunas regiones se dice que la invisibilidad la logra masticando los huesitos del aguaitacamino, pájaro al que entierra vivo.
Vía: haimaneltroudi.com