Los Arzobispos y Obispos de Venezuela comparten sus consideraciones respecto al proceso comicial del 21 de noviembre de 2021, a través de un comunicado de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Venezolana, titulado «Más allá de las elecciones regionales».
«Somos conscientes que el tema electoral ha provocado apatía interna en una gran mayoría del pueblo, prepotencia en una minoría, y ha llevado a una fractura de muchas opciones políticas partidistas»; afirman en el texto.
«En todo caso, lo fundamental es no quedarse en la diatriba y el conflicto, sino encararlos y trabajar por superarlos, en aras de un bien mayor, que es un presente y un futuro más digno del pueblo venezolano».
Añaden que «No es tanto mirar individualmente qué gano o qué pierdo, sino trascender a lo comunitario para saber qué ganamos o qué perdemos como pueblo en el conjunto de la realidad político-social».
Señalan que «compete a cada ciudadano asumir en esta situación, la decisión de participar o no, siendo consciente de que cualquiera que sea, ésta tendrá gran incidencia en el futuro de la comunidad, la región y el país» y que «el bien común, norte de la política, implica un respeto y un diálogo permanente con las comunidades e instituciones sociales, inclusive si piensan distinto o son de un partido diferente al gobernante».
En el comunicado, la CEV destaca que existe un proceso comicial para designar autoridades regionales y locales, «con el trasfondo de la imposición de un sistema comunal, proclamado por algunos miembros del gobierno, que debilitará y probablemente eliminará las funciones de las gobernaciones, alcaldías y otras expresiones del poder local, además de las competencias efectivas de sus autoridades, con la finalidad de instaurar un poder hegemónico desde bases sociales no electas, contraviniendo lo estipulado por la Constitución Nacional».
Indican los religiosos en el escrito que «los gobernadores, alcaldes y ediles que salgan elegidos, asuman la responsabilidad política democrática de fortalecer la integración y no la exclusión, la amistad social y no el revanchismo, la creación de oportunidades y no el cierre de caminos; que tengan la capacidad ética y la idoneidad en el manejo de los presupuestos del estado o del municipio, de tal forma que los recursos lleguen a los destinatarios y no se queden en las trochas perversas de la corrupción y la malversación».
Manifiestan que se requiere salir de la postración cotidiana a través de propuestas concretas y comunitarias que despierten la conciencia ciudadana y movilicen las voluntades para recuperar lo político como lugar de participación, ejercicio de los derechos democráticos y protagonismo cívico.