La cuarta temporada de The Crown, de Netflix, ha dejado gratamente satisfechos a los seguidores de la premiada ficción.
Sí, los fanáticos de la producción se muestran encantados en las redes sociales con la recreación, a la ya tradicional narrativa sobre la vida de la reina Isabel II de Inglaterra, de la relación entre Carlos y Diana de Gales (con Camilla Parker Bowles incluida); y la marca que dejó en la política de ese país, Margaret Thatcher.
No obstante, los representantes de la monarquía británica y demás simpatizantes no se han expresado de manera tan entusiasta hacia la serie creada por Peter Morgan, entre ellos, el eventual sucesor de la reina y su hijo William. El primero –de acuerdo con lo revelado por su entorno cercano- cuestionó la veracidad de varios momentos; y el segundo, se mostró indignado porque se haga dinero a costa de la vida de su familia.
Más allá de las reacciones naturales que ha provocado The Crown, la producción ha demostrado una vez más por qué ha sido merecedora del Globo de Oro, del SAG y del Emmy, entre centenares de premiaciones más, desde que se estrenó el 4 de noviembre de 2016.
La cuarta temporada de la serie no decepcionó a adeptos en la calidad de su guion, actuaciones, dirección, secuencias, edición, producción, fotografía y vestuario.
En The Crown se abordó en extenso los trastornos alimenticios de Diana de Gales, su depresión por los engaños de Carlos con Camilla Parker Bowles y hasta sus intentos de suicidio.
En definitiva, la cuarta entrega de The Crown deja nuevamente a su ejército de admiradores con ganas de mucho más. Los más intensos, seguro consumieron los 10 capítulos en horas. ¿Su castigo más grande? Tener que aguardar la grabación y transmisión de la temporada siguiente.
Vía: El Universal