La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informó recientemente que la pobreza aumentó en la región por sexto año consecutivo y que 200 millones de personas se hallan en esta situación. Asimismo, proyecta una tasa de crecimiento económico de apenas un 1,3% para la región en 2023.
Capacidad de acción «bastante limitada»
Farid Kahhat, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Católica de Perú, señaló que el mayor reto para América Latina será afrontar esta «gran cantidad de impactos externos» y estimó que «la capacidad de la región para mitigar el efecto de estos shocks inevitables parece ser bastante limitada».
Este complejo escenario económico «acrecentará las dificultades de los gobiernos para dar respuesta a los problemas de las poblaciones más vulnerables y podría generar mayor inestabilidad política en el área», dijo Tatiana Benavides, politóloga afiliada a la Universidad de Columbia.
En tanto, Juan Pablo Luna, doctor en ciencia política de la Universidad de Carolina del Norte, declaró que el principal desafío será mejorar la «falta de capacidad estatal que se manifiesta, desde la debilidad para enfrentar el avance del crimen organizado, hasta la incapacidad de implementar políticas públicas con un impacto significativo en la vida de la gente, especialmente para los más necesitados».
Deslegitimación del sistema político y defensa de la democracia
Además de los factores mencionados, ante la poca credibilidad de los partidos políticos, fortalecer la democracia representa otro gran reto para el continente. Denis Merklen, sociólogo y director del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL) de la Universidad de la Sorbona, expresó que «el principal desafío del continente es la amenaza que está viviendo la democracia como sistema político. Es una crisis muy profunda, que va más allá de América Latina, pero que se manifiesta en la región de manera muy fuerte».
Los expertos consultados creen que este fenómeno se observa claramente en las últimas 15 elecciones presidenciales, donde el oficialismo, sin importar la orientación política, fue derrotado. Para la especialista Benavides existe una «desconexión de los gobernantes con las demandas ciudadanas, lo cual se evidencia en la creciente insatisfacción de la población con los gobernantes y las instituciones, y en el voto castigo a los oficialismos».