Ni al 0% ni al 100%. Esta es una de las creencias más extendidas. De hecho, es por la existencia y aceptación de este mito que muchos, cuando compran un móvil nuevo, no lo ponen a cargar enseguida, sino que esperan a que llegue al 0%.
Esta creencia tiene un motivo, un poso real, pero que ya no es aplicable. Los tipos más antiguos de baterías recargables tenían algo que se conoce como ‘memoria de batería’, por lo que su capacidad se iba amoldando a los hábitos de carga. Era mejor para su vida útil si se esperaba a que se agotase totalmente y se cargaba por completo.
En realidad, para ayudar a que la batería viva más tiempo en buenas condiciones, hay que hacer todo lo contrario. De hecho, evitar llegar al agotamiento total, y aplicar cargas parciales, es una de las mejores formas de cuidar las baterías de iones de litio, que ahora son las más comunes.
Por tanto, es preferible optar por no seguir esta leyenda urbana. Lo mejor es conectar nuestro ‘smartphone’ al cargador antes de que nos avise de que está cerca el final, que, por lo general, ocurre cuando llega al 20%. Una vez lo hagamos, es más útil mantenerlo entre el 30% y el 80% de su capacidad, que es cuando mejor funcionan las baterías modernas.
Hay, incluso, recomendaciones por parte de algunos fabricantes, como Samsung o Apple, que recomiendan evitar que la carga se sitúe por debajo del 50%. Todo esto se debe a que la capacidad de las baterías de iones utilizadas en los teléfonos se mide en ciclos, es decir, en descargas y recargas completas del 0% al 100%. Por tanto, para que la batería dure tantos ciclos como sea posible, es importante mantenerla en estos límites.
Vía: El Confidencial