La atleta del norte de México completa carreras de 102 km sin equipamiento deportivo. A su etnia, rarámuri, se la conoce como ‘los pies ligeros’ o los ‘corredores a pie’.
No necesita el último modelo de zapatillas, un pulsómetro ni un GPS en el que registrar su recorrido. María Lorena Ramírez es capaz de completar carreras de 102 kilómetros con una falda, una blusa y unos huaraches, unas sandalias tradicionales elaboradas con hule o neumáticos reciclados.
La corredora de Guachochi, una población de la etnia tarahumara o rarámuri del norte de México, hace honor al nombre de su pueblo y a su tradición. Los rarámuri son ‘corredores a pie’ o ‘los de los pies ligeros’, y Ramírez no necesita nada más para destacar en cada una de las competiciones a las que se presenta.
No hay desnivel ni distancia que se le resista. Comenzó a participar en carreras junto a su hermano José Mario en 2012, a los 17 años. Cinco después se impuso en la UltraTrail Cerro Rojo de Tlatlauquitepec, una de las carreras más duras de México, en la que completó una distancia de 50 km en 7 horas y 20 minutos.
El desnivel de la Cajamar Tenerife Bluetrail -3.555 km, pasa muy cerca de la cumbre del Teide-, tampoco le supuso ningún problema a Ramírez, ya que su gente está acostumbrada a recorrer largas distancias en los desfiladeros de 2.400 metros del estado de Chihuahua.
Los habitantes de estas aldeas dispersas se desplazan corriendo de un lugar a otro, desde los jóvenes hasta los vecinos de edad más avanzada. Su dieta habitual consistente en frijoles y pinole, un polvo de maíz mezclado con agua. Con eso le basta para hacer frente a estos desafíos en los que le acompaña su hermano, quien la asesora como.
Ramírez ha llegado a recibir ofertas de importantes marcas para que vista su ropa y calzado, pero se niega a dejar a un lado su atuendo tradicional. «Ella corre así», resume José Mario.
Vía: El Correo