Luis María ‘Billo’ Frómeta fue un importante músico, compositor y director dominicano, pero de gran arraigo venezolano especialmente caraqueño. Dejó para nuestra historia musical del siglo XX la tan sonada orquesta de música bailable “Billo’s Caracas Boys”.
Billo Frómeta fue portador de un don rítmico y melódico. Siempre supo captar el sentir de las personas y traducirlo con sencillez al pentagrama. Por ello sumó triunfos a lo largo de cinco décadas de agitada carrera musical, superando los muchos obstáculos que se le presentaron en el camino.
Desde que tocó junto a la Billo´s Happys boys en el Roof Garden en 1937, se convirtió en una figura destacada de la música bailable de Venezuela y el más aplaudido director de orquesta, al frente de la más popular de todos los tiempos: Billo’s Caracas Boys.
No hay quien no haya bailado alguna vez al menos una de sus canciones, pues su legado musical ha quedado inscrito para siempre en lo afirmativo venezolano.
El miércoles 27 fue el ensayo final. Billo Frómeta culminó su jornada dirigiendo Un cubano en Caracas. Terminó la pieza y al escuchar el aplauso de los músicos se desplomó. No volvió a hablar y una semana después, el 5 de mayo, falleció a consecuencia de un derrame cerebral. Toda Venezuela cantó en su honor, como él mismo pidió, el último compás del Alma Llanera.
Con la muerte del Maestro Billo se cerró un capítulo trascendental en la historia musical venezolana. Su orquesta animó el espíritu nacional y enseñó a Venezuela a querer la música, en especial el merengue de su tierra.
Fue dominicano hasta su aliento final, pero también fue venezolano por amor y caraqueño por pasión. La amplia sonrisa y los gestos cariñosos de Luis María Frómeta Pereyra, Billo, continúan en el recuerdo de una nación que todavía hoy baila al ritmo de sus populares melodías.
Vía: haimaneltroudi.com