Estudió canto con el maestro Alfred Hollander, en Nueva York, posteriormente hizo su gran debut en el Teatro Nacional, en 1932. Sus actuaciones en Venezuela la llevaron a diversos escenarios, así como a la radio y a la televisión.

Hacia la década de 1960, la soprano alcanzó la fama en Europa. A lo largo de su carrera musical, Alemán interpretó los roles principales de las óperas universales, grabo discos, fue dirigida por figuras relevantes de su época.

Recibió múltiples reconocimientos, entre los que se encuentran la placa de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores (AVAC), la Orden “Andrés Bello”, la Orden “Ciudad de Caracas”, “La Medalla” que premia la Excelencia Lírica en el Concurso de Canto Nacional y el Gobierno de Brasil y el Premio Nacional de Música (1977). Además fue la “Mujer del Año” en 1974.

Recibió el título de Maestra Honoraria de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) y el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar (USB) en reconocimiento a una vida dedicada a la promoción del arte y la cultura nacional.

Se retiró de los escenarios en 1989; siendo designada Directora de Música de Fundarte, Directora Musical del Museo del Teclado y Presidenta del Consejo Nacional del Arte Lírico.

Lo dijo Ana Mercedes Asuaje de Rugeles: “Hoy, la majestad de Fedora con su otoñal belleza es como un inmenso relicario que guarda tesoros invalorables, conquistados en este tránsito irreversible que es vivir. Su presencia ilumina los espacios, cantando o callada siempre será Fedora, la sin par Fedora”.

Vía: venezolanizando

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