La canciller alemana, Angela Merkel, en visita a las zonas inundadas de su país determinó que no hay tiempo que perder al inspeccionar los daños y reunirse con sobrevivientes, tras días de intensas lluvias que han dejado al menos 183 muertos en Europa occidental y decenas de desaparecidos.
Merkel tiene viajó a la localidad de Schuld, en el estado de Renania-Palatinado, uno de los dos más golpeados en el oeste de Alemania, donde la crecida del río Ahr arrasó casas y dejó las calles llenas de escombros. Al menos 156 personas han muerto desde el miércoles en las peores inundaciones de memoria reciente en Alemania, y otras 27 murieron en Bélgica.

El ministro federal de Finanzas, Olaf Scholz, anunció una ayuda de emergencia de más de 300 millones de euros para las víctimas de las inundaciones. Afirmó que el miércoles presentará el plan ante el consejo de ministros.
Scholz explicó que durante las anteriores inundaciones se requirieron ayudas de emergencia del gobierno federal de 300 millones de euros. «Seguro que se necesitará tanto de nuevo», afirmó.

El ministro federal de Economía, Peter Altmaier se pronunció a favor de una «tarifa plana de inundación y coronavirus» de 10.000 euros para las empresas que se hayan visto afectadas. Muchas pequeñas empresas y comercios habían aprovechado el parón de la pandemia para hacer reformar en sus locales.

Alemania y Bélgica empezaron este sábado las titánicas tareas de limpieza y reconstrucción de las zonas asoladas por el destructor diluvio de los últimos días, que ha causado pérdidas millonarias.
El balance de víctimas sigue aumentando a medida que los equipos de rescate acceden a las áreas más devastadas y encuentran los cuerpos de personas atrapadas por las intemperies, que también causaron destrozos materiales en Luxemburgo, Holanda y Suiza.
