Dentro de la Iglesia Católica hubo hombres que en diferentes épocas dieron testimonio de una verdadera y santa paternidad.
1.- San Luis Martin
San Luis Martin fue esposo de Santa Celia Guérin y padre de cinco hijas. Entre ellas se destacan Santa Teresa de Lisieux, Doctora de la Iglesia; y Leonia, cuya causa de beatificación se abrió en 2015.
Luis y Celia se casaron el 13 de julio de 1858 y tuvieron nueve hijos, de los cuales sobrevivieron cinco mujeres. Celia murió de cáncer en 1877. Luis se hizo cargo de sus hijas y se mudaron a Lisieux. Con el pasar de los años todas abrazaron la vida religiosa.
2.- San Isidro Labrador
Desde pequeño, San Isidro trabajó labrando, cultivando y cosechando campos en España.
Se casó con una campesina que también llegó a ser santa: María de la Cabeza. Tuvieron un hijo que, según la tradición, cayó a un pozo con una canasta. Rezaron con fervor y entonces las aguas empezaron a subir hasta que apareció el pequeño ileso.
Después de haber criado a su hijo, San Isidro y Santa María de la Cabeza decidieron separarse para tener una vida entregada totalmente a Dios.
San Isidro pasó el resto de su vida labrando los campos y rezando. Murió el 30 de noviembre de 1172.
3.- Santo Tomás Moro
Santo Tomás Moro nació en Londres en 1477 y en 1505 se casó con Jane Colt, con quien tuvo un hijo y tres hijas. Sin embargo, su esposa murió joven y él volvió a contraer nupcias con Alice Middleton.
Fue encarcelado por oponerse a los deseos de un monarca de repudiar a su esposa para casarse con otra mujer y separarse de la Iglesia Católica para formar la Iglesia Anglicana.
4.- San José
Dios le encomendó a San José una gran responsabilidad y privilegio: ser el padre adoptivo de Jesucristo y casto esposo de la Virgen María.
San José era carpintero y descendiente del rey David. San José educó a Cristo y le enseñó el oficio de carpintero. Se le conoce como el “Patrono de la Buena Muerte” porque, según la tradición, murió acompañado y consolado por Jesús y María.
Vía: Aciprensa
