En su discurso de los 100 días, frente a las dos cámaras del Congreso, Biden ha apostado por una ‘nueva era’ de gasto social desde el Gobierno federal, con una amplia expansión de los ambiciosos programas de infraestructuras y protección social en el país para no «seguir dejando a nadie atrás» y reconstruir un EEUU «mejor» con un fuerte impulso del estado del bienestar.

«EEUU se está moviendo. Moviendo hacia adelante. Y no podemos parar ahora«, ha defendido en el discurso, con el que ha marcado la hoja de ruta de su presidencia, su agenda y su firme intención de reescribir el contrato social de la economía estadounidense. «Estamos en un punto de inflexión clave en la historia. Tenemos que hacer algo más que reconstruirnos. Tenemos que reconstruirnos mejor».

Una alocución que comenzó con un fuerte elemento simbólico saludando, por primera vez en la historia de Estados Unidos, a las dos mujeres -Kamala Harris y Nancy Pelosi- que presidían junto a él: «Señora vicepresidenta, señora presidenta [de la Cámara de Representantes]. Ningún presidente había dicho esas palabras antes. Ya era hora».

El presidente de EEUU inició su mandato con la meta explícita de 100 días en muchos de sus proyectos, sobre todo en el de vacunación contra el covid. Biden prometió que se inyectaría al menos una dosis a 100 millones de norteamericanos en 100 días.

Pero el progreso contra el virus debe ir acompañado por grandes inversiones para ayudar a la gente que «se quedan atrás y abandonadas, en una economía que está cambiando rápidamente», ha señalado el presidente.

En estos 100 días el desempleo ha bajado al 6%, los casos de covid han caído un 73% y se han nominado 11 jueces para los distintos circuitos de la judicatura, donde predominan las mayorías conservadoras. Si bien Biden solo ha aprobado 11 leyes, ha sido muy activo en los decretos: ha firmado 42, más que ningún otro presidente desde Roosevelt. También ha estado ocupado en deshacer las acciones de su antecesor: Biden ha revertido 62 políticas de Donald Trump.

La opinión pública, más o menos, lo acompaña. Su popularidad oscila entre el 53% y el 60%, según varias encuestas. 15 o 20 puntos más que Trump a estas alturas, pero menos que la docena de presidentes anteriores, salvo Richard Nixon.

El comandante en jefe ha aprovechado la ocasión para presentar su tercer gran plan milmillonario: 1,8 billones de dólares dedicados a financiar las guarderías y universidades públicas, cheques bebé de 3.600 dólares al año hasta 2025 y otras ayudas a las familias para el cuidado de los niños. El proyecto de ley también propondrá subidas de impuestos a quienes ganen más de 400.000 dólares al año.

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