El hallazgo de la cueva Imawarí Yeutá en el ya mítico Auyantepuy, ubica en Venezuela a la caverna de cuarcita más larga del mundo. Son 22,2 kilómetros certificados en un recorrido, donde la penumbra da paso a un mosaico de colores en estalactitas, estalagmitas y rocas milenarias, cascadas de hasta 70 metros y cientos de pequeños túneles que se intercomunican con exóticos salones.
Este paraíso natural, descubierto en el Parque Nacional Canaima, también pasó a ser la cueva más grande de Venezuela, al superar el tamaño de El Samán, gruta de 18,5 kilómetros, localizada en la Sierra de Perijá, estado Zulia. Incluso, puede que tres nuevos tipos de minerales hallados en Ymawarí Yeutá susciten cambios en la tabla periódica y aun falta por analizar la flora y fauna endémica que en ella habita.
Imawarí Yeutá significa la cueva donde habitan los dioses de la montaña en lenguaje pemón, pueblo ancestral que de nuevo demuestra su inmensa sabiduría sobre la naturaleza, porque solo un poder divino pudo haber creado y cuidado tan maravilloso y misterioso escenario, oculto durante millones de años entre una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta.