Este 6 de marzo la Iglesia Católica celebra el I domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de San Lucas 4, 1-13, pasaje que narra el momento en que Jesús es tentado en el desierto.

El Evangelio de este I Domingo de Cuaresma nos presenta el episodio de las tentaciones que sostuvo Jesús en el desierto.

El evangelista Lucas introduce el relato con estas palabras: «Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo». Después de esta introducción sigue el detalle de las tentaciones. Todo el episodio de las tentaciones en el desierto va a quedar incluido entre dos claras menciones del Espíritu Santo. «Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno. Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región» (Lc 4,14).

Nadie puede ser conducido por el Espíritu a una emboscada. Si Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto y allí fue tentado, eso ocurrió para un fin salvífico. En efecto, resistiendo la tentación y venciendo al diablo, Jesús reparó las caídas del hombre -de Adán y de Israel en el desierto- y así dio gloria a su Padre.

 

Vía: ACI Prensa

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