Hoy, 5 de septiembre, celebramos la fiesta de Santa Teresa de Calcuta, canonizada hace cinco años por el Papa Francisco en una Misa celebrada en la Plaza de San Pedro.

La Santa albanesa murió exactamente hace 24 años, el 5 de septiembre de 1997, en Calcuta, India, a los 87 años de edad.

Santa Teresa de Calcuta, don para la Iglesia de hoy, constituye uno de los ejemplos más claros de cómo debemos amar a Cristo en el servicio a los más pobres, o a los “más pobres entre los pobres”, como ella los llamaba.

Teresa de Calcuta, además, le dio una lección al mundo sobre cómo entender la pobreza. Para ella, la mayor pobreza no necesariamente se encuentra en los barrios humildes -como los de Calcuta-, sino también en todos aquellos lugares donde el amor está ausente, como en las sociedades en las que se permite el aborto.

La Madre Teresa nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, en ese entonces parte de Albania y hoy territorio de Macedonia. Su nombre fue Gonxha Agnes Bojaxhiu, pero adoptó el de Teresa al ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María.

En una célebre entrevista, concedida poco tiempo antes de morir, Santa Teresa de Calcuta dejó este mensaje 1997: “Ámense los unos a los otros, como Jesús los ama. No tengo nada que añadir al mensaje que Jesús nos dejó. Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz” (Entrevista a la revista brasileña misionera “Sem Fronteiras”.

¡Feliz Fiesta de Santa Teresa de Calcuta!

Vía: ACI Prensa

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